Querido Marco Aurelio:
Cuando no estás dormido, pasas maullando de un lado a otro, ya juegas con una bolsa o destruyes una esponja. Tú no puedes comprender lo que significa que noventa y tres mil jóvenes se queden sin estudiar la universidad en este año, posiblemente más. El cálculo se obtuvo de restar del número de estudiantes que buscaban un cupo, el número de cupos ofertados. Y posiblemente más, porque muchos cupos ofertados no pertenecen a las áreas de interés de los aspirantes a la educación superior. Y más, porque muchos graduados del colegio no postularon a la universidad pública y tampoco aspiran ingresar a la universidad privada.
Me he quedado sorprendido porque la noticia me llega con el comentario de respuesta que ofrece el secretario de la SENESCYT, Alejandro Rivadeniera, quien dice que un ningún país del mundo es posible que todos los estudiantes ingresen a la universidad. Mi estimado Marco Aurelio, el PhD. Rivadeneira tiene razón, es verdad que en un ningún país del mundo es posible que todos ingresen a la universidad, pero esto no sería razón de preocupación si nuestro país tuviera los mejores indicadores de educación superior, por ejemplo, el índice de personas entre 25 y 64 años que han completado algún tipo de educación de tercer nivel; en nuestro país es aún deficitario, por lo que la afirmación realizada es una auténtica, ¿cómo lo diremos sin ofender? sin causar escarnio, es una auténtica umm… grave ausencia de facultades intelectuales. En Canadá el 56% de la población adulta tiene educación universitaria, en el 2016 su primer ministro, Justin Trudeau, indicaba que la educación era el recurso más importante de su país. Que alguna persona le diga al PhD. Rivadeneira que cuando lleguemos a ese nivel, sus declaraciones serán acertadas.
Frente a esto y además en una especie de esfuerzo por cumplir una promesa de campaña, la SENESCYT anuncia que cambiará la entidad que tome los exámenes. ¿Qué? ¡Qué! En lugar del examen centralizado, la prueba será tomada por cada universidad. El PhD. Rivadeneira debe decirnos cómo con esta medida aumentará el índice de personas que acceda a la educación de tercer nivel. Mi pronóstico es, y ojalá me equivoque, que el resultado será peor, por una simple razón, porque muchos estudiantes aplicarán a universidades y carreras tradicionales, y cupos en universidades y carreras menos tradicionales no serán ocupados. No sé Marco Aurelio, pero a mí suena a un “no tenemos más ideas, hagamos esto”.
Este gobierno que seguramente será calificado desde las izquierdas como liberal, el diablo, el demonio, el retorno de la larga y triste noche neoliberal, no ha realizado una reforma desde esa óptica que permita mejorar los índices; la reforma liberal debería ser facilitar el ingreso de nuevas universidades privadas al sistema, nuevas modalidades de educación pensando en lo on line, a fin de que exista una libre competencia entre ellas, finalice el oligopolio actual, facilite el acceso a crédito educativo, mejore los costos por la libre competencia. Pero en ese sentido también el gobierno nos queda debiendo, seguirá respetando los privilegios de las universidades privadas y la ineficiencia de las públicas, y será como en otras áreas, más mercantilista que liberal.
Mientras tanto tú, Marco Aurelio, sigues sin preocuparte, y todos nosotros seguimos ocupados en los falsos problemas, que van a sacar a la Lllori, que el presidente de no sé qué corte se ha peleado con el presidente de no sé qué consejo. Farándula, circo, distracción, los problemas reales son educación, economía, tecnología y otros como estos que ocupan muy poco espacio en los medios.
Descansa.
Juan Carlos
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