EL NÚMERO DE ASAMBLEÍSTAS
Querido Marco Aurelio:
Estoy en contra de las consultas populares, de todas ellas, de las no sé cuántas del correísmo y lógicamente de la actual. Las preguntas nadie las entiende, nadie las comprende y a nadie le interesan. Me causa una profunda repulsión escuchar el cinismo con el cual el correísmo reclama por el gasto que implica una consulta, cuando ellos usaron y abusaron de ese recurso.
Una de las preguntas hace referencia al número de asambleístas. Pero debo decirlo, lo siento, el número no es el problema, el problema es la representación. Salvo excepciones el vínculo del legislador no es con su elector sino con su designador. Sabías mi querido gato, que algunos de mis estudiantes en la universidad cuando ya me tomaban confianza decían que hablo en difícil. Bien, déjame explicarte.
No hay un vínculo entre la mayoría, por no decir todos, de los legisladores y sus electores ¿Conocen las personas quién los representa en la Asamblea? Te voy a confesar algo mi querido gato, no tengo idea que persona representa al distrito electoral en el cual vivo en la Asamblea; no sé qué piensa, no sé si obra conforme a lo que quieren sus electores. Hasta aquí y bajo ese argumento está claro que en la mayoría de los casos no hay vínculo entre el asambleísta y su elector. Voy a hacer una pregunta más inquietante si se quiere y más cercana por el próximo proceso de elección de autoridades seccionales ¿conocemos quién es nuestro concejal, quién nos representa en el Consejo Municipal? No tengo ni idea. Puede ser que el tema sea distinto en cantones más pequeños, me gustaría escuchar comentarios.
Vamos al segundo aspecto, el vínculo es con el designador. ¿Cómo se eligen los candidatos en los partidos políticos? al dedo, al gusto del dueño del partido, los procesos de elecciones internas son una farsa, que se justifican llenando un formulario, el famoso cumplimiento, cumplo y miento. Con tu dueña, a veces nos imaginamos como fue la designación del señor Arauz para la anterior elección presidencial, todos en el partido gélidos, tenebrosos, esperando que “el amado gran líder” tome la palabra, en un determinado momento lo hace y dice: “Tú, tú, mijo, ese de la última fila, ese que nadie conoce, serás mi candidato”. En mi percepción, al fin y al cabo, para eso es un blog, para expresar nuestras percepciones, salvo Pachakutik, ningún otro partido tiene procesos reales de democracia interna. Por lo mismo el afortunado asambleísta electo le debe su fidelidad al dueño de la mano a la que pertenece el dedo que lo designó, no a sus votantes.
Hay quien dice que incluso la designación de candidatos se remata al mejor postor, no tengo pruebas, y me niego a creer que eso sea posible entre gente tan buena, tan honesta, tan honorable, tan sacrificada por el bienestar público, como son nuestros políticos.
Saludos,
Juan Carlos.
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