El Dr. Fernando Ortega, juez por méritos propios, de aquellos que no le deben el puesto a nadie y que al resolver responde solo a su conciencia, acaba de publicar el libro “Nociones de derecho administrativo ecuatoriano”, yo me he permitido invitar a su lectura con estas líneas que ahora reproduzco:
“Hace algunos años, solía decirles a mis estudiantes de derecho administrativo de la Universidad, que existen en cada materia conceptos básicos nucleares que no pueden ser olvidados, una vez aprendidos deberán estar presentes en nuestro bagaje formativo casi de manera inmediata, los podremos distinguir y los aplicaremos cuando la casuística lo requiera. El Dr. Fernando Ortega presenta una obra en la que los conceptos básicos de acto administrativo y contrato administrativo son desarrollados de forma notable.
A pesar de tratarse de dos institutos tratados ampliamente en el Derecho Administrativo, merecen de forma permanente esfuerzos que los actualicen, los amplíen, y sobre todos que se problematice sobre ellos. El derecho, a despecho de quienes quieren convertirlo en una suma aritmética de factores en la que el juez podría ser reemplazado por un ordenador, es un mundo complejo, en la que el concepto lucha en ocasiones por adaptarse a la realidad y para no ser superado por ésta. Así mismo el autor se manifiesta como crítico del esnobismo doctrinal y judicial que pretende so pretexto de interpretación y ponderación dejar de lado los principios deontológicos y hermenéuticos del derecho.
Este libro será de enorme utilidad para los estudiantes del derecho, tanto aquellos que solo ahora cruzan por las aulas universitarias, como para nosotros, que llevando ya años ejerciendo la profesión de abogados en los distintos ámbitos, somos conscientes de la necesidad permanente de renovar conocimientos.
Hay en el Derecho Administrativo autores que creen que contribuyen volviéndolo oscuro y de tratamiento difícil, materia solo para iniciados. Por el contrario, esta obra brilla también y es de admirar, por la claridad con la que el autor expresa sus criterios, el desarrollo de los textos legales y la forma en la cual distingue las opiniones de la doctrina. Evidentemente este texto era necesario en el mundo jurídico ecuatoriano y será sin lugar a dudas, un referente para quienes estudien los grandes institutos del Derecho Administrativo en nuestra legislación.
El autor clama por un mayor nivel de especialización “…pues el Derecho Administrativo no puede manejarse con licencia de conducir otras ramas del derecho como la civil o peor la penal, requiere preparación y comprensión, aunque de aquellas también se nutre el Derecho Administrativo con los cuales tienen complementariedad.” Y la obra responde perfectamente a ese clamor.
Desde la humildad de un abogado en libre ejercicio, y habiendo dado durante muchos años clases en los temas que el autor hoy trata, recomiendo la obra, por su claridad de conceptos y la fuerza de sus ideas."
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