Hechos y especulaciones:
Primera escena: el gobierno anuncia que a partir del 4 de mayo se iniciará una nueva etapa de distanciamiento social que pone fin al confinamiento.
Segunda escena: el alcalde Yunda a quien sus últimas actuaciones le han dado un aurea de protector de Quito, manifiesta que solicitará para la capital confinamiento hasta el 31 de mayo. Jaque al gobierno, se encuentra en la complicada situación de que sus decisiones parezcan atentatorias a un adecuado cuidado de la vida de los ciudadanos.
Tercera escena: el gobierno anuncia que el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal decidirá qué color tendrá el semáforo de movilidad. Jugada evasiva del gobierno central con lavada de manos incluida.
Cuarta escena: Yunda se encuentra en la encrucijada, si opta por un nivel de movilidad mayor, el capital político que adquirió básicamente con la crisis, podría perderse; por otro lado, también hay un costo político en una economía individual y social destruida, que parece demandar un pronto fin de las medidas de restricción.
Quinta escena: el alcalde opta por el semáforo en rojo hasta el 31 de mayo.
En este contexto es necesario que los ciudadanos conozcamos los fundamentos técnicos de las medidas, explicados de forma sencilla; en época de redes sociales, el esclarecimiento de las decisiones es un imperativo de la democracia. Al final me queda la duda, cuántas veces en este trance ha primado el bastardo interés sobre el fundamento técnico. Al fin y al cabo, la crisis no cambia para nada la naturaleza del político, prima en él siempre el cálculo degenerado.
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