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EN GUERRA

Querido Marco:

Dicen que una de las primeras víctimas de la guerra es la verdad, no sé si sea así pero la segunda víctima seguro es la cordura. Escucho decir que en esta guerra se concederán las amnistías e indultos que sean necesarios; oiga, se está anticipando que las fuerzas armadas excederán el uso legítimo de la fuerza pero que no se preocupen porque se concederán grandes perdones. Una locura. Espero que las fuerzas armadas sean más consientes y democráticas que los políticos civiles que anuncian tal barbaridad.

Se cita a Bukele para afirmar que los delincuentes pierden sus derechos humanos el rato que cometen un crimen. Otra locura y está es grave, porque nos lleva a pensar en el valor ético de la guerra. Nuestra guerra es ética justamente porque no nos rebajamos al nivel del delincuente.

Luego vienen una serie de locos tratando de atacar o de justificar un gobierno. Pero eso no es en este momento importante porque al final resulta ser poco propositivo. Yo me niego a creer que ciertas políticas hayan sido movidas por la mala fe, pudieron ser equivocadas, pero no creo que hayan sido resultado de un inconfesable pacto con el narcotráfico. Si me toca elegir por la razón de un resultado creo con firmeza que en la mayoría de los casos se debe más a la ineficiencia y a la tontería que a la maldad.

Llegan también los conspiranoicos. Este tipo de idiotas están convencidos que la causa de la guerra es falsa y que solo es un teatro armado para justificar medidas de represión, económicas e impositivas. El enfrentamiento a la delincuencia requiere de recursos, en medio de tanta locura la idea de un fideicomiso que obligue al Estado a gastar en función de la consecución de un objetivo me parece racional.

También es una locura creer que la guerra se agota en armamento, actividades de inteligencia o en más burocracia. La gran guerra es, siempre ha sido cultural. Casi de modo general las series y películas presentan al narcotraficante como un delincuente elegante, y a las mujeres de la mafia, empoderadas y bellísimas, frente a ello la guerra es cultural. Pasa igual, en la lucha contra la corrupción, la gran guerra es cultural. Ahora bien, si la única idea que tenemos en este ámbito es introducir la materia de cívica en el currículum, diría entonces que es una guerra perdida.

Bueno, ¿qué te parece Marco si hoy acabamos con un casi verso?

 

La asambleísta llora,

Todo está trastocado

La concejalita insulta

En un Ecuador alocado.

Al país lo han quebrado

el bocón, el banquero

y el inválido.

Y ahora vamos a la guerra

contra Fito delincuente

Pero no estoy seguro que sea

peor que quien se hace llamar

político decente.

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