Jóvenes los novios, él sin trabajo, ella desnuda sobre el sol, calentando el almuerzo.
Carmen de ojos verdes, diecisiete años. Ángel tal vez, llegará con leva sobre el hombro, sudoroso, luego de buscar trabajo o de vender calendarios, aprovechando que se acerca el fin de año.
La bendición fue en la Iglesia “El Sagrario”, al verla pasar, creí que era una primera comunión, entré a la ceremonia por curiosidad y los seguí hasta la fiesta. Leí sus nombres en un libro de mensajes que colocaron a la entrada del salón, tomé la pluma y escribí, recordando un viejo proverbio alemán: “Salud y muchos hijos”. Luego puse mi nombre en letra imprenta, de tal manera que se leyera con facilidad y me reí pensando en la forma en la cual, se desbaratarán la cabeza tratando de encontrar entre sus parientes y amigos, uno llamado José del Olmo.
Esa noche cené bien, ventajas de usar siempre terno, bebí hasta el amanecer, aprovechando el espíritu burgués de los quiteños. Mis asombrados compañeros de mesa, oyeron ese viejo chiste mío: dos jóvenes recién casados, por desayuno hacen el amor, e igual para el almuerzo y la cena, el primer día que él sale a buscar trabajo, al regresar la encuentra a ella, desnuda en el sol…
Comments